La cantaora extremeña Esther Merino saborea las mieles del éxito tras conseguir ganar la Lámpara Minera en el 61 Festival Internacional del Cante de las Minas de la Unión. Tras varios intentos desde 2009, la cantaora de Gévora (Badajoz) se hizo con el galardón más codiciado y valioso para los flamencos. Este premio, según asegura, le cambiará la vida. “Me abrirá puertas y me llevará a escenarios y a festivales donde nunca habría estado”.

Esther Merino (Gévora, Badajoz, 1984) se convierte en la tercera artista extremeña que cuenta con el máximo premio en este festival internacional. El cantaor Miguel de Tena fue el primero en conseguirlo en 2006 y la cantaora Celia Romero logró la Lámpara Minera en 2011 con sólo 16 años.

Ahora es la voz de Merino la que alumbra el camino a otros artistas de Extremadura, porque como dice emocionada “este galardón es un reconocimiento a mis años de carrera, pero también es una puerta abierta para dar a conocer a Extremadura y a sus artistas flamencos”.

En este sentido asegura que en la comunidad extremeña “hay muy buenos artistas, tanto en el cante como en el baile o la guitarra, que pueden defender nuestro arte en el Cante de las Minas. Podemos tener más ‘lámparas mineras’”.

La primera vez que ganó un primer premio en el Festival del Cante de las Minas fue en 2009, lo ganó por seguiriya, y desde entonces ha llegado a la final en seis ocasiones. Pero ha sido esta vez cuando ha conseguido alzarse con el preciado galardón y “entrar en la Champions del flamenco”, añade entre risas.

Esther Merino, en el centro, con los otros ganadores del 61 Festival Festival Internacional de Cante de las Minas.

«HAN SIDO MUCHOS MESES VOLCADA EN LOS CANTES DE LAS MINAS»

Cree que llegó su momento por varias razones: “he tenido más tranquilidad, más experiencia y más concentración en el escenario”. Además de duros meses de trabajo de preparación. “Me ha supuesto muchísimas horas de dedicación, de quitarle horas a mi familia y a mis hijos”, añade.

La cantaora pacense ha estado volcada en los cantes mineros. “Necesita dedicación exclusiva, son cantes que no sueles interpretar en las actuaciones y necesitan trabajar muchísimo la respiración. Tienen unos tonos bajos que hay llevar tal y como son”, explica.

Ha tenido que compatibilizar esta preparación con su trabajo en el hospital como auxiliar de clínica, su casa, sus hijos y sus actuaciones. “Tenía que hacer cosas por casa y llevaba mis cascos puestos centrada en los cantes de las minas”, señala sonriendo.

Pero no sólo se vino de la ‘Catedral del Cante’ con la Lámpara Minera, con su actuación consiguió además el primer premio por mineras, cartagenera, taranta y soleá. El esfuerzo mereció la pena.

ESTHER MERINO, 22 AÑOS DE TRAYECTORIA Y 34 PRIMEROS PREMIOS 

Esther Merino ha visto recompensado el trabajo con este reconocimiento a una trayectoria de 22 años que comenzó a muy temprana edad. El flamenco llegó su vida por su padre, José Merino, “que es el aficionado más grande que hay en la familia”. La banda sonora de su infancia, de los viajes en coche y en su casa, era flamenca.

“En casa lo que se escuchaba era flamenco. Mi padre me fue llevando a las peñas y luego tuve la suerte de que la Diputación de Badajoz me concedió una beca para estudiar en Sevilla y allí empezó todo, conocí los palos, el compás, la historia del flamenco…”.

La primera vez que se subió en un escenario tenía 16 años, 22 años después y tras cosechar 34 primeros premios en diferentes concursos, Esther entra en la selecta lista de las ‘lámparas mineras’ que engrosan nombres como Miguel Poveda, Rocío Márquez o Mayte Martín.

Por ello se siente feliz. Su gran satisfacción también es, según reconoce, por su familia. “Mi familia lleva muchos años detrás de mí, apoyándome en lo que he necesitado”. Con ella, con sus amigos y su pueblo, Gévora, celebra la cantaora esta gran noticia, mientras su agenda se llena de citas para recorrer tablaos y festivales. “Lo daré todo en cada escenario”.

Guadalupe Leitón
Periodista

Autor

Magazine Cultural de entrevistas, reportajes y noticias que recoge las creaciones culturales y artísticas que tienen como origen o destino Extremadura.

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