El Museo Arqueológico Provincial de Badajoz prepara un nuevo espacio dedicado a una civilización que atrae la mirada de todos: Tarteso. Esta cultura despertó sobre todo la curiosidad mundial tras el descubrimiento el pasado año en el yacimiento del Turuñuelo en Guareña (Badajoz) de cinco rostros del siglo V a. C. que cambiaron la historia conocida hasta el momento. Ahora el museo ha iniciado la reforma y ampliación de su sala de protohistoria para acometer un nuevo proyecto de musealización y acoger numerosas piezas de la cultura tartésica, entre las que se encuentran las famosas caras del Turuñuelo.
Hasta que salieron a la luz los cinco rostros de figuras humanas se creía que la cultura tartesa, considerada una de las primeras civilizaciones occidentales, sólo representaba la divinidad a través de motivos animales o vegetales, o a través de betilos (piedras sagradas).
La consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga, ha presentado con el director del Museo Arqueológico pacense, Javier Heras, el proyecto de la Sala Tarteso, que se encuentra en una primera fase con el vaciado de la sala de protohistoria, que se ampliará añadiéndole el espacio de la sala de medio físico (paleolítico).
![Turuñuelo](https://creadoresycriaturas.com/www/wp-content/uploads/2024/05/Sala-Tarteso-1024x768.jpg)
LA SALA MUSEÍSTICA MÁS MODERNA DE EXTREMADURA
Se actuará sobre una superficie de unos 150 metros cuadrados y se renovará parte de las instalaciones, convirtiéndose en la sala museística más moderna de Extremadura. Incorporará proyecciones en las paredes de la sala y tendrá suelo interactivo, según Javier Heras.
El objetivo es crear un espacio versátil y diáfano, sin vitrinas ni compartimentos estancos “para que haya continuidad en el discurso y la visita sea lineal, sin interrupciones que dificulten la comprensión. La idea es contar al visitante una historia donde interaccionan unos ámbitos de la vida con otros, no se puede separar la parte ritual de la religión o el arte”, añade el director del museo.
También se instalarán pantallas táctiles y un rincón tiflológico para que las personas con problemas de visión puedan tocar las reproducciones de las piezas que se expongan.
ABRIRÁ AL PÚBLICO EN LOS PRIMEROS MESES DE 2025
La Junta de Extremadura, encargada de la gestión del museo, destinará 368.215 euros a la Sala Tarteso, que abrirá al público en los primeros meses de 2025, según la consejera de Cultura, quien aseguró que en ella se expondrán piezas halladas en El Turuñuelo, pero también de otros yacimientos tartésicos extremeños como La Mata en Campanario o Cancho Roano en Zalamea de la Serena.
Victora Bazaga explicó que los famosos rostros del Turuñuelo podrán estar en la Sala Tarteso, aunque reconoció que los rostros se moverán por numerosas partes, ya que hay mucho interés en otras zonas de España por tener estas esculturas únicas.
Las figuras halladas se encuentran actualmente en el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) a la espera de su análisis, restauración y estudio. Están inventariadas por el Museo Arqueológico de Badajoz y son titularidad de la Junta de Extremadura. Han sido solicitadas por el Museo Arqueológico Nacional para una exposición.
El director del Museo Arqueológico de Badajoz afirma que “era una obligación introducir en la Sala las piezas que suponen un antes y un después en nuestra historia y nuestra arqueología”.
![Yacimiento de Turuñuelo](https://creadoresycriaturas.com/www/wp-content/uploads/2024/05/ROSTROS-TARTESOS-768x1024.jpeg)
DE 200 A 400 PIEZAS DE LA PROTOHISTORIA, LA MAYORÍA TARTÉSICAS
“Partíamos de unas 200 piezas en el conjunto y hemos pasado a unas 410. A la colección de protohistoria que ya teníamos, entre las que se encontraban materiales de Medellín y Cancho Roano, o piezas como el Jarro de La Zarza, el Tesoro de la Martela (Segura de León) o el Timiaterio o quemaperfumes de Villagarcía de la Torre, se han añadido los resultados de otras excavaciones realizadas a partir de los años 80 y 90 hasta la actualidad”, señala Javier Heras.
Por ello se va a actualizar la colección incluyendo estos materiales en el discurso de la nueva Sala, que ofrecerá nuevos contenidos, nuevo discurso y nuevos materiales sobre la protohistoria en la provincia de Badajoz y los tartesos.
Tarteso es una cultura que se enclava histórica y cronológicamente dentro de la protohistoria, que comprende desde finales de la edad de Bronce hasta la época romana, unos mil años entre ese cambio de eras.
“En la protohistoria de la provincia de Badajoz hablar de tarteso es hablar de protohistoria”, según Javier Heras, quien reconoce que existe un debate científico abierto sobre la denominación de tarteso y protohistoria. “El mundo tartésico es algo más que el Turuñuelo, también es la necrópolis de Medellín, también son los materiales que llegan del mundo mediterráneo”.
El mundo tartésico surge con la llegada de fenicios y griegos a las costas del sur de la península ibérica, “entonces se produce una mezcolanza cultural con lo autóctono, con lo que había ya ahí, y se genera esa cultura tartésica”, añade.
“LA JOYA DEL TURUÑUELO ES LA ARQUITECTURA, EL EDIFICIO DE DOS PLANTAS”
“Los hallazgos del Turuñuelo son los que han impulsado todo esto, de hecho, nadie hablaba de Tarteso hasta que no han aparecido las caras”, señala Sebastián Celestino, codirector de las excavaciones de Turuñuelo junto con Esther Rodríguez.
“Me parece magnífico que se cree un espacio como este porque es como individualizar una cultura dentro del propio museo. Tenemos la sala de visigodo, de romano, de islámico… y ahora la de tarteso”, añade.
Sebastián Celestino asegura que “en el yacimiento estamos viendo cosas todos los días, lo que pasa es que las caras lo difuminan todo. Hay piezas muy buenas de bronce, hierro, cerámica de todo tipo… pero la joya del Turuñuelo es realmente la arquitectura, un edificio que conserva dos plantas constructivas y que es magnífico, no hay ningún edificio en todo el Mediterráneo que conserve todavía cinco metros de alturas, cuando estamos acostumbrados siempre a mirar los cimientos de los yacimientos. Esa es la gran joya”.
Por ello considera que el lugar idóneo para exponer las caras del Turuñuelo “es el museo natural, el museo de sitio, el lugar donde han aparecido, teniendo en cuenta que es un edificio que se conserva estupendamente y que así la gente puede ver las demás cosas que han aparecido en el entorno. Se entendería mucho mejor en su sitio, que no en un museo. Es cierto que pueden viajar las piezas de un lugar a otro y que cuanto más viajen más lo conocerá la gente y eso es también bueno”.
La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, anunció el pasado mes de marzo la creación de un «museo de sitio» en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, convirtiéndose así en el primero de estas características en Extremadura. El fin es que las piezas originales puedan verse, analizarse y comprenderse en el mismo sitio donde se hallaron.
LOS TARTESOS EN EL VALLE DEL GUADIANA
Todos estos descubrimientos han cambiado lo que se conocía hasta el momento de Tarteso. Han demostrado que esta civilización no se circunscribe sólo al valle del Guadalquivir, al triángulo Sevilla, Cádiz y Huelva, sino que se prolongó al valle del Guadiana, “donde además los restos se conservan mejor”, señala el codirector de Turuñuelo.
“Pero además todo lo hallado pone de manifiesto la importancia de los edificios que hay en el interior de la península ibérica que no tienen puerto y a los que llegaron piezas que no llegaron al Guadalquivir, marfil, cerámica, una escultura griega…es lo que nos ha llamado la atención”, concluye.
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