De cómo el arte nos salvó de la locura durante la pandemia habla ‘El murciélago de Wuhan’, el nuevo trabajo de la bailaora y coreógrafa Fuensanta Blanco (Mérida, 1995), dirigido por Pedro Luis López Bellot (Torrejoncillo, Cáceres, 1983). Un espectáculo contemporáneo que fusiona baile flamenco, música, teatro y videocreación. Sus protagonistas nos cuentan cómo se gestó esta historia de supervivencia y de renacimiento que llegará al teatro López de Ayala el 15 de marzo.
El 12 de marzo de 2020 se cerraron los teatros por la pandemia de Covid 19. Ese día el sueño de una joven artista que iba a actuar en Madrid con su actriz favorita se truncó. Allí sola y sin trabajo tiene que confinarse. Ese día se paralizó el sueño de millones de personas, pero también fue el inicio de un viaje revelador que cambió el sentido de muchas vidas. Esta es la trama de ‘El murciélago de Wuhan’.
“No es autobiográfico, pero me recuerda mucho a mí misma, a lo que yo viví, me siento muy identificada y seguro que también mucha gente que tuvo que replantarse en aquellos momentos quién era, qué era y para qué estaba. Cada uno redescubrió su camino”, explica Fuensanta Blanco, feliz con este nuevo proyecto personal, el cuarto en su carrera profesional tras ‘La Merenguela’, ‘La habitación de Rosa’ y ‘Con acento extremeño’.
Para llevarlo a cabo la bailaora buscó a Pedro Luis López Bellot, al que no conocía y con el que nunca había trabajado, “pero sabía que había dirigido obras muy buenas”. Varias de ellas han sido candidatas a los Premios MAX de teatro. Este año han sido seleccionados ‘Maquiavelo’ y ‘Menina, soy una puta obra de Velázquez’. Además tiene varios premios a su trabajo como autor y director teatral, entre ellos el Premio Nacional de Escenografía ‘Juan Mayorga’ (2021).
UN DIRECTOR CON PRESENCIA EN LOS PREMIOS MAX Y UNA BAILAORA VERSÁTIL
Este encuentro entre dos artistas extremeños con una prometedora carrera fue “un flechazo artístico”, según Fuensanta. Asegura que él ha aportado mucho a su idea inicial, “ha hecho que el espectáculo sea una revolución escénica, donde el flamenco está hecho desde un sitio muy adecuado”.
Bellot destaca de ella su versatilidad. “Lo más interesante que tiene el espectáculo es que gracias a la versatilidad de Fuensanta nos permite fusionar distintas disciplinas sin que entren de manera forzada”, señala.
La bailaora, que trabaja en los escenarios desde los 14 años, recuerda cómo nació la obra. “Los primeros días de confinamiento lo viví como unas vacaciones pero después cuando morían personas fue una etapa dramática. Lugo hubo una inflexión, me refugié en mí y necesité tirar del arte para expresar lo que sentía. Vacié mi habitación, saqué la cama al pasillo, dejé un espacio diáfano y me puse a crear, a cantar, a bailar, a hacer música. Y ahí surgió ‘El murciélago de Wuhan’”.
A la idea y la versatilidad de Fuensanta Blanco, que en este espectáculo ve cumplido su deseo de estar sola en escena, se ha sumado una escenografía que según Bellot es “un personaje más”.
“Hemos utilizado una caja que es como un container que gira 360 grados, hace de su hogar, de la calle, el camerino…nos permite a ver el paso del tiempo, lo que ella hace y cómo evoluciona la pandemia en el país”.
Esta caja y el apoyo de la videocreación de Nuria Prieto transmite la sensación de angustia y muestra todos los mundos en los que el personaje se sumerge, el realista y el surrealista u onírico.
UNA OBRA EMOCIONAL QUE REIVINDICA EL ARTE EN VIVO
El público verá la evolución del personaje, cómo vive sola confinada sin trabajo y sin dinero, cómo entrena y crea, cómo sale a la calle y se enfrenta al mundo, cómo vive la noticia de la enfermedad y la muerte de su madre, cómo enferma ella y se enfrenta al murciélago que se le aparece y cómo descubre cuál es su misión: crear y trabajar para ella misma.
El resultado es, según Fuensanta Blanco, un espectáculo muy emocional, la gente pasa de la risa a las lágrimas, porque se siente identificada y reconocida con el personaje, “porque la pandemia la hemos vivido todos”.
‘El murciélago de Wuhan’ pone en valor el arte como medio de salvación, “porque en la pandemia el arte nos salvó de la locura”, al tiempo que reivindica el arte en vivo. “La tecnología nos ayudó entonces pero ahora podemos vernos, tocarnos y sentirnos, y es necesario ese contacto y esa conexión”, según el director.
‘EL MURCIÉLAGO DE WUHAN’, UN ESPECTÁCULO CONTEMPORÁNEO
El vestuario, al igual que la escenografía, es contemporáneo y tiene su significado dentro del espectáculo, “no hay nada que esté al azar o metido por rellenar”. Y la música es también un viaje por distintas disciplinas.
Hay una pieza percutiva creada por Fuensanta con objetos habituales durante el Covid (guantes, gel desinfectante, papelera…). También sonará ‘Asturias’ de Isaac Albéniz y música creada por Álvaro Barroso. En la parte de música flamenca se ha incluido una soleá que canta la sevillana Inma Rivero que se fusiona con rock flamenco inspirado en ‘Omega’ de Enrique Morente. De flamenco tradicional hay unas alegrías grabadas por el guitarrista extremeño Manolín García y la cantaora Vicky González.
Fuensanta reconoce que la Ayuda a la Producción que concedió la Junta de Extremadura a ‘El murciélago de Wuhan’ le ha permitido contar con un equipo creativo y con un director que la dirija. “Así he podido dedicarme a lo que sé hacer: bailar, y cumplir con mi sueño de estar yo sola en el escenario y ser el centro”, concluye entre risas.
La bailaora emeritense se formó en el Conservatorio Profesional de Danza de Córdoba en la especialidad de flamenco, ha bailado en compañías como el Ballet Flamenco de Andalucía o la Fura Dels Baus y ha actuado en importantes festivales. Ha bailado en Japón, Taiwán, Francia, Suiza e Italia. Cuenta con varios premios, entre ellos el Primer Premio ‘Mario Maya’ de la Diputación de Córdoba y el Primer Premio Carmen Amaya ‘Perlas a millares’ de Cartagena.
Foto principal: Miguel Valverde.
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